martes, 8 de agosto de 2017

Generación Decapitada

GENERACIÓN DECAPITADA Y SUS MÁXIMOS REPRESENTANTES
  • Medardo Ángel Silva             Nació en Guayaquil el 8 de junio de 1898, y murió el 10 de junio de 1919 en la misma ciudad.  Escritor, poeta, músico y compositor ecuatoriano, es considerado el mayor representante del modernismo en la poesía ecuatoriana.  Silva era el menor, y acaso el más importante poeta de la generación del novecientos.
Ernesto Noboa Y Caamaño      Poeta guayaquileño nacido el 11 de agosto de 1889. Perteneció a una familia que habían tenido importante participación en la vida política del país, entre ellos, los presidentes Diego Noboa y José María Plácido Caamaño Mantuvo una amistad con el poeta Arturo Borja, y juntos se constituyeron más tarde en el binomio más valioso del Grupo de Quito.
Arturo Borja       Nació en la ciudad de Quito en 1892. En 1907 viajó a París para curarse de una lesión sufrida en un ojo. Estableció contacto con los simbolistas Mallarmé, Baudelaire y Rimbaud, aunque su poeta preferido era Verlaine. A su regreso a Quito formó un grupo con Humberto Fierro, Ernesto Noboa y Caamaño y Francisco Guarderas, y vivió una etapa bohemia. Luego de su luna de miel con su esposa Carmen Sánchez, con quien se había casado el 15 de octubre de 1912, murió de una sobredosis de morfina.
Humberto Fierro       (Quito, 1890 - 1929) Poeta ecuatoriano perteneciente a la llamada Generación decapitada. Hijo de una familia acomodada, adquirió excelente educación, dedicó buena parte de su tiempo a la lectura de sus autores preferidos. De una sensibilidad exasperada, introvertido, sencillo y modesto. Trabajó toda su vida en una oficina del Ministerio Público, sin preocuparse por mejorar su situación económica. Centró toda su dedicación en la poesía, la música y la pintura.

Medardo Ángel Silva
Alma en los labios
Cuando de nuestro amor la llama apasionada
dentro tu pecho amante contemple ya extinguida,
ya que solo por ti la vida me es amada,
el día en que me faltes, me arrancaré la vida.
Porque mi pensamiento, lleno de este cariño,
que en una hora feliz me hiciera esclavo tuyo.
Lejos de tus pupilas es triste como un niño
que se duerme, soñando en tu acento de arrullo.
Para envolverte en besos quisiera ser el viento
y quisiera ser todo lo que tu mano toca;
ser tu sonrisa, ser hasta tú mismo aliento
para poder estar más cerca de tu boca.
Vivo de tu palabra y eternamente espero
llamarte mía como quien espera un tesoro.
Lejos de ti comprendo lo mucho que te quiero
y, besando tus cartas, ingenuamente lloro.
Perdona que no tenga palabras con que pueda
decirte la inefable pasión que me devora;
para expresar mi amor solamente me queda
rasgarme el pecho, Amada, y en tus manos de seda
¡dejar mi palpitante corazón que te adora!
Es un poema de amor en donde expresa lo triste que se siente por no tener cerca a la persona que ama y como sería su vida sin esa persona.

Ernesto Noboa Y Caamaño
Emoción Vesperal
Hay tardes en las que uno desearía
embarcarse y partir sin rumbo cierto,
y, silenciosamente, de algún puerto
irse alejando mientras muere el día
Emprender una larga travesía
y perderse después en un desierto
y misterioso mar no descubierto
por ningún navegante todavía.
Aunque uno sepa que hasta los remotos
confines de los piélagos ignotos
le seguirá el cortejo de sus penas.
Y que al desvanecerse el espejismo,
desde las glaucas ondas del abismo,
le tentarán las últimas sirenas.

El tema de Emoción Vesperal es la fascinación que ejerce el acercamiento a la muerte. La
provocación hacia la búsqueda del misterio cuando la existencia pierde sentido y el
sentimiento que lo lleva en dicha búsqueda. Sin embargo y aun siendo tan fuerte no impide
a la conciencia estar presente, nos seguirá incluso hasta el fin

Arturo Borja
Para mí tu recuerdo
Para mí tu recuerdo es hoy como una sombra
del fantasma que dimos el nombre de adorada…
Yo fui bueno contigo. Tu desdén no me asombra,
pues no me debes nada, ni te reprocho nada.
Yo fui bueno contigo como una flor. Un día
del jardín en que solo soñaba me arrancaste;
te di todo el perfume de mi melancolía,
y como quien no hiciera ningún mal me dejaste…
No te reprocho nada, o a lo más mi tristeza,
esta tristeza enorme que me quita la vida,
que me asemeja a un pobre moribundo que reza
a la Virgen pidiendo que le cure la herida.

Se trata de una persona que estaba completamente enamorado y le dice que él siempre se
portó bien con su pareja que era todo para él, sin embargo a ella no le importaba nada y un
día sin compasión lo dejó. El jamás le reprocho nada, solo trata de decirle la tristeza, el
dolor que causo en el dejándolo solo y finalmente él se resignó.



Humberto Fierro
SIRINGA
Turbó tu risa de cristal sonoro
Al mirlo que habló perlas al jardín, 
Y el Céfiro sahumaba de jazmín 
Alborotando tu cabello moro.
Bajo la nervazón del sicomoro
El Grifo festoneado de Verdín, 
Prorrumpió en un alegro de violín 
Al inundar tu ánfora de oro...
Pan chispeaba sus ojos, en acecho 
Del nacarado ritmo de tu pecho... 
Y al ocultarse de él como de un tigre
En el margen del río, a poco trecho,
Te trocaste en la caña de que ha hecho 
Su flauta azul a que la tarde emigre!





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